Ahora estás rodando Peca2.0 y antes estabas con Últimas funciones ¿tomamos ese título literalmente? ¿Estás pensando en aparcar los escenarios?
Éste es un título que viene de un periodo de transición que estoy pasando. Seré muy sincero. Últimas funciones se lo puse porque no sabía cómo llamar al espectáculo de ahora. Ya estaba haciendo uno y preparando otro. El nuevo es Peca2.0. Lo que tenía que ser la despedida del anterior espectáculo, ha sido la presentación del nuevo.
Éste es un título que viene de un periodo de transición que estoy pasando. Seré muy sincero. Últimas funciones se lo puse porque no sabía cómo llamar al espectáculo de ahora. Ya estaba haciendo uno y preparando otro. El nuevo es Peca2.0. Lo que tenía que ser la despedida del anterior espectáculo, ha sido la presentación del nuevo.
- ¿En qué consiste el espectáculo?
Pues el espectáculo es una evolución del anterior, el cual hablaba sobre que el mundo se iba a acabar, o eso aparentaba. Ahora por lo que dicen las noticias ya es seguro. Entonces lo que estoy haciendo por los teatros es decidir con el público que Más Allá nos gusta más. Está visto que en esta vida ya no nos vamos a quedar. Como lo de aquí no es solucionable, vamos a escoger opciones de Más Allá. Estaremos durante hora y media, primero decidiendo que cielo nos gusta más: musulmán, budista, católico… porque hay muchas opciones, sólo hay que mirar el catálogo; y en la segunda pedimos perdón por nuestros pecados para asegurarnos la vida eterna. Por el mismo precio tienes un espectáculo de humor de hora y media y te ganas la vida eterna. Yo creo que no está mal eh… ¡Por el precio de tres cubatas!
- Parece que en los últimos años este tipo de funciones está atrayendo a mucha gente a los teatros. ¿Qué tiene esta hornada de humoristas que triunfan tanto?
Pues que somos guapos. Nuestro atractivo físico, por supuesto.
- Hombre, también está rodando Flipy…
Oye, que Flipy tiene un puntazo. ¿Te imaginas a ese Flipy en la cama? A lo mejor después de cumplir te hace un experimento… ¡eso es un lujo! No, es broma. Lo que creo es que somos muy asequibles. Para ir a ver un Otello o un Hamlet, piensas que por lo menos algo tendrías que haber leído. En cambio tú ves lo idiotas que somos nosotros y crees que, a menos que te esfuerces, lo vas a entender. Creo que pedimos poco. Somos un espectáculo de poca exigencia. Esa es la clave.
- ¿Cómo se consigue ese buen rollo que tenéis los monologuistas, sobre todo los de aquella primera etapa de la Paramount, con la competencia que hay?
Pues porque para todos es una suerte poder trabajar haciendo esto. Ninguno de nosotros se metió en esto para hacerse rico, así que todo lo que venga ya es un regalo. La gente que se quiere hacer rica estudia ESADE o Administración y Dirección de Empresas. Nosotros básicamente somos idiotas y nos lo pasamos muy bien haciendo reír a la gente. Pero no es nuestro principal objetivo. Somos idiotas y creo que por eso somos felices. Y ese es un consejo que le doy a la gente: la única forma de ser feliz es ser un poco idiota.
- Ahora colaboras con El Intermedio. ¿Cómo ha sido el cambio de Patricia Conde por Wyoming?
Ufff siguiente pregunta (risas). No, muy bien, muy bien. La verdad es que son dos personas bastante distintas, cosa que es obvia, pero los dos comparten una misma característica, que es un gran talento que a la hora de trabajar te facilita mucho las cosas. Trabajar con Wyoming es como trabajar con Patricia. Ahora, para ir a tomar algo por ahí no es lo mismo. Ya no puedo vacilar igual. Antes me preguntaban: ¿Con quién trabajas? y yo sacaba el móvil y tal… Ahora me preguntan lo mismo y digo… con un tío. No le pongo el mismo interés.
- Hombre, en El Intermedio también están Beatriz Montañez o Thais Villas, que es un buen elenco femenino del que presumir.
Sí, sí, la verdad… pero a mí me gusta más Gonzo (risas). No, lo cierto es que en La Sexta no te puedes quejar. Lo que pasa es que yo ya estoy retirado del mercado. Ahora para todas las chicas guapas de La Sexta soy como el amigo gay. Eso está guay porque te hacen confidencias y tal. Te da mucha paz interior, porque estar soltero en La Sexta es un horror. Tienes un tensión que no te permite concentrarte en el trabajo. Yo ya voy de un relajado que puedo centrarme en mis chistes y en mis cosas. Es increíble porque veo a Wyoming, veo a Beatriz, y veo a dos compañeros sin diferencias. Fíjate que paz interior he logrado.
- ¿Para ti qué es más gratificante, levantarte por la mañana y ver que has tenido un gran share, o recibir un buen aplauso del público del teatro?
Yo me quedo con el aplauso del teatro. No es lo mismo. El aplauso del teatro depende directamente de que lo hayas hecho bien o lo hayas hecho mal. El share no. Quizás hayas hecho el programa más de puta madre de tu vida, pero como haya fútbol ese día… es que no te ve ni tu padre. El share es muy traidor y el aplauso es siempre de verdad. Yo me quedo con el aplauso. Al share que le follen. Así se va a llamar mi próximo espectáculo. Al share que le follen (risas).
- Tu carrera comenzó ligada a la radio, ¿tuviste algún mentor que te ayudara a sacar provecho de esa voz tan peculiar?
Sí, he tenido varios mentores. En la vida es muy difícil que tú solo te abras camino. Una vez en Noche Sin Tregua entrevisté a Buenafuente y me dijo: “Yo en mi vida he tenido personas clavija”. Son personas que en un momento de tu vida se te cruzan y te dan una oportunidad con la que no contabas y entonces tu vida va tomando diferentes direcciones. Quizás la primera fue Frank Blanco, actual presentador de Los 40 Principales, que cuando yo fui a preguntar si necesitaban a alguien con 16 años, él era la estrella de aquella radio local llamada Radio Mollet del Vallés y me cogió como colaborador. También un amigo de Paramount Comedy, Martín Piñol, me dijo: “Oye, pues tú tienes así como que medio gracia. Vas a tener que hacer un monólogo”. Me pongo a pensar y toda mi vida ha sido ir siguiendo sugerencias de gente.
- Parece que has caído de pie en La Sexta. ¿Quizás es el canal que más se amolde a los humoristas?
Yo creo que sí. Para como yo entiendo el humor, ahora mismo sí. Esto puede que con el tiempo cambie. Los canales están en continua transformación y un canal que a lo mejor no apuesta por el humor pasa a apostar… así que nunca sabes. Pero ahora mismo, en este preciso momento, para el tipo de humor que a mí me gusta, el mejor sitio para estar es La Sexta, porque está la gente que más gracia me hace.
- Quizás antes Cuatro también se podía asemejar, pero está ahora en un proceso de cambio bastante raro.
Sí, está en un proceso de cambio importante. Yo espero que retome la línea que llevaba. A mí me gustaban los programas que hacía Cuatro y sería una pena que dejaran esa línea. A mí El Hormiguero, aunque nos metamos con ellos, me parece un programa fantástico, No le digas a mamá que trabajo en la tele me parece fantástico y todo lo que sea apostar por el humor o por los programas de calidad tipo Callejeros o Hermano Mayor, es la televisión que busco.
- En Sé lo que hicisteis disteis con la tecla de lo que pide la gente en la sobremesa, risas. Esa fórmula la ha adaptado también Florentino, que ya venía de El Informal con ese tipo de programa, y también Goyo Jiménez. ¿Sentís que habéis formado escuela?
Cuando algo funciona suele servir de referente para otros. En ese sentido, sí que creo que Sé lo que hicisteis fue un programa muy original. Eso no quiere decir que no pueda superarse y que no vayan a salir otros programas mejores que Sé lo que hicisteis. Cada cierto tiempo es bueno que ocurra eso en televisión, que aparezca un formato que invente un nuevo género, porque no solo hace que aparezcan programas nuevos, sino que salgan dos o tres programas igual de buenos. En televisión hace falta que continuamente salgan nuevas ideas. Si no se arriesga en nuevas ideas, la televisión está muerta. Todo acabaría siendo lo mismo. Sólo habría programas de supervivencia y teletiendas.
Fuente: novemagazine.es
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